lunes, 21 de diciembre de 2015

Nos vamos de vacaciones!!!

Llevo varios días sin tiempo para escribir en el blog y con ganas de hacerlo. 
A los niños les dieron la vacaciones la semana pasada, y donde vivimos se queda desierto a la velocidad de la luz ya que casi todo el mundo vuelve a sus países de vacaciones y hay que aprovechar al máximo.

Este año no vamos a España en Navidad. Siempre es una decisión difícil, porque la familia y amigos tiran mucho, pero con el poco tiempo de vacaciones que tiene mi marido, si además le restas un día de viaje para ir, otro para volver y el jet lag, se nos queda en nada. 

Este año vamos a Malasya, a la playita, para pasar unas Navidades diferentes. 
Lo mejor de todo, es que hemos quedado con otra familia que conocimos en Hong Kong, y que se marcharon el año pasado. Los niños estaban muy unidos y les prometimos que haríamos lo posible para seguir en contacto. Y la verdad, que con la edad que tiene ahora mi hijo el mayor (7 años), esas promesas hay que cumplirlas porque cada año es más doloroso y más difícil de explicarle cuando un amigo se marcha. 



El año pasado se fueron cuatro de sus mejores amigos. Por supuesto, repartidos por todo el mundo. Dubai-Inglaterra-Vietnam. Fue el primer año que nos dijo que ya estaba cansado de vivir en Hong Kong y que se quería ir a España ya para que le despidieran a él. Este año, le ha tocado a la pequeña. Pero claro, ella aún no tiene 5 años aún, así que se lo toma muy diferente. Dice que ya otro día harán un playdate cuando venga a Hong Kong, y tan ricamente. 

Las despedidas son lo peor de vivir aquí. 

El cambio de actitud lo he notado en mi hijo este año. Tiene muchos amigos, pero es como que este año no se aferra a ninguno. Parece que le da miedo que si se apega mucho a alguien, tarde o temprano se va a ir. Y yo lo entiendo, porque a mi como adulto me pasa lo mismo. Son muchos años de despedir a gente!

Pero ahora, a recuperar estos meses perdidos y a disfrutar a lo grande con ellos.

Feliz Navidad y buenísima entrada de año!

jueves, 3 de diciembre de 2015

Cómo te quiero, octopus.

Si hay algo que voy a echar de menos cuando no viva en Hong Kong, sin duda es la tarjeta octopus. Una tarjetita del tamaño de una visa, y que puedes utilizar para pagar prácticamente todo aquí.

Es un monedero electrónico, que vas recargando según lo necesites, o que incluso puedes acordar con el banco que automáticamente, cuando tu tarjeta está por debajo de cierto saldo, te lo recargan hasta la cantidad que has decidido previamente.



Sirve para todo el transporte público, exceptuando el taxi. Pero no es solo una tarjeta de transporte. Puedes pagar en todas las tiendas de conveniencia (7-11, circle K), en los mcdonald's y burger kings, los museos, en los supermercados, en las máquinas de vending...así evitas tener los bolsillos llenos de monedas.



Además, como son aquí que les encanta personalizar todo, tienes ediciones especiales en relojes, llaveros, muñecos y pegatinas.


No es cara. Para comprar una tienes que pagar inicialmente un depósito de 50$HK, y 100$HK de crédito. El crédito máximo que puedes tener en la tarjeta es de 1000$HK. En mi caso, y como soy de las que no pierde la cabeza porque la tiene bien sujeta a los hombros, siempre hago recargas de poca cantidad por si la pierdo. Las recargas las puedes hacer tanto en máquinas de las estaciones de metro, como en los 7-11.A la hora de irte, si entregas la tarjeta te entregan el depósito.

De verdad que lo mío fue amor a primera vista con ella. ¡Cómo te quiero, octopus!




viernes, 27 de noviembre de 2015

Box of hope

Se acerca la Navidad, y ya empiezan las iniciativas para ayudar a los más necesitados. 

El colegio de mis hijos participa en una iniciativa llamada "Box of hope", y cada año he visto como este proyecto crece y crece. 

Todo empezó con dos madres, Nicole Woolhouse y Harriet Cleverly, que en abril del año 2008 pensaron que podían hacer para enseñar a sus seis hijos lo bonito que era compartir con  niños desfavorecidos. Para ello crearon un sistema de recogida de regalos para Navidad. La idea es que un niño da a otro niño un regalo, y todo se entrega en una caja de zapatos. Se recomienda que se incluya algún juguete, algo educativo, útiles de higiene que no sean líquidos. Todo tiene que ser nuevo, y no se puede incluir comida, medicinas, juguetes bélicos, líquidos...

Lo increíble de esto, que comenzó como algo pequeñito pensado por dos madres para enseñarles una lección a sus hijos sobre lo importante que es compartir, haya crecido tanto en tan solo seis años.
En el año 2008 recogieron 1200 cajas, en el año 2014 recogieron 21000 cajas. Me parece digno de admirar. ¿A vosotros no?










Los regalos llegan a niños de Hong Kong, China, Vietnam, Camboya y Filipinas.

Pinchando aquí puedes ir a su página web oficial y tener más información. 

Y aquí, un vídeo donde se ven a niños de Camboya recibiendo las cajas. Para alguno era su primer regalo en toda su vida. Ves las sonrisas y te das cuenta con que poco puedes hacer tan feliz a alguien.




lunes, 16 de noviembre de 2015

¡Qué asco de sandwich! de Gareth Edwards

La semana pasada leí una noticia sobre un estudio, que decía que enriquecía más el vocabulario de los niños pequeños leer pocos libros muchas veces, que no tener una amplia biblioteca. Lástima que no guardara el enlace para poder publicarlo en la entrada.

Nosotros tenemos muchos libros infantiles. Siempre los he utilizado para enseñar español en playgroups, y cuando tuve a mis hijos, me parecía mucho más importante traer eso de España que cualquier otro capricho. Al final su biblioteca se ha ido ampliando tanto, que yo he tenido que deshacerme de mis libros, para hacerle hueco a los suyos. Ahora leo en kindle. Me sigue gustando más el libro tradicional, pero reconozco que es cómodo porque no ocupa espacio y puedo comprar los libros que quiero directamente. Pero para los niños, creo que es importantísimo que sean en papel. Necesitan tocarlos, pasar las páginas, volver una y otra vez a lo mismo. No es lo mismo que una pantalla.

Y por la noticia esta que leí, me vino a la cabeza la última obsesión de mi hija. Un libro que nos hace leérselo una y otra vez. Que se sabe ya de memoria pero que se ríe cada vez como si fuera la primera vez. Repite la coletilla, se adelanta a lo que va a pasar, y cuando se va a la cama, con cuatro años, lo coge y lo sigue "leyendo" ella sola, a veces sin  equivocarse en una coma. 

¡Qué asco de sandwich!, así se llama la última obsesión de mi hija de cuatro años, del autor Gareth Edwards.


Es un libro de ediciones Jaguar, de tapa dura. El autor, como he dicho antes, es Gareth Edwards, y la ilustradora Hannah Shaw. Las ilustraciones me encantan. Es un libro muy muy colorido.

Y de qué trata...trata de un sandwich. Pero no un sandwich cualquiera, ¿eh?. Es de un sandwich precioso, o al menos lo era al principio. Y de como un tejón hambriento intenta hacerse con él. ¿Lo conseguirá?

Además es un cuento acumulativo, que favorece la memoria y fomenta la participación de los niños.

Y con una coletilla que a mi hija le encanta...."¡Está asqueroso!"


Y vuestros hijos, ¿Tienen algún libro que les haya obsesionado?

lunes, 9 de noviembre de 2015

Visitamos el templo de los diez mil budas

¡Tenemos visita! Y eso significa salir y patear lugares que hacía años que no íbamos. Y también tener una buena excusa para coger la cámara de fotos, porque desde que he tenido niños, y como cada vez que salimos mi bolso parece el de Mary Poppins, siempre acabo dejando fuera a mi adorada cámara.

El clima ahora en Hong Kong está perfecto para salir. No hay humedad, aún puedes ir en manga corta, ya casi no hay sand flies...¿Se puede pedir más?

Así que como nuestros visitantes, ya habían venido a vernos, hemos empezado nuestra ruta por un sitio que nos habíamos dejado en el tintero, y que personalmente, es uno de mis sitios favoritos.


Fuimos al Templo de los Diez Mil budas...que no son diez mil, si no aproximadamente 13500, pero nunca me he parado a contarlos.

El Templo de los Diez Mil budas está en los Nuevos Territorios, en Sha Tin (linea del tren azul, parada Shatin, salida por la que no es el centro comercial). Llama la atención que casi no hay carteles que lo identifiquen.

Se fundó en 1949, y no es un monasterio real, ya que no hay monjes residentes y está administrado por laicos.  Lo construyó un hombre muy devoto, Yuet Kai. Es un templo budista.

Para ir al templo, tienes que que subir unos 400 escalones rodeado de figuras de diferentes tamaños. Todos los budas son diferentes, no hay dos iguales. Actualmente no dejan sacar fotos en el salón principal, donde las paredes están recubiertas de budas de pequeño tamaño, y donde descansa el cuerpo de Yuet Kai. 

Si tienes suerte...o mala suerte, puede que te encuentres incluso con algún mono salvaje de los que viven por allí.

Un consejo...monjes falsos pasean por allí pidiendo donativos...no son monjes de verdad, no piqueis. La entrada es totalmente gratuita y la huchas para pedir donativos están perfectamente identificadas. 








Me gusta mucho ir, porque al no ser tan turístico, se respira mucha paz.

viernes, 23 de octubre de 2015

Malentendidos de idioma o cultura

Al llegar aquí, lo que más me gusta recordar ahora es en todos los líos que me metí por culpa del idioma, o simplemente por la cultura.

Tengo que confesar, que aún me tengo que contener para no dar dos besos cuando me presentan a alguien. Ya cuando tomo un poquito de confianza, me da igual, y saludo dando dos besos justificándome diciendo que saludo "a la española". Y me hace gracia ver, como hay gente, viniendo del país que venga, que asume que a mí se me saluda con dos besos. Las caras de espanto, al principio, son de risa.

Además, nunca he sido buena para los idiomas.  Llegué aquí con el inglés macarrónico que aprendí en el colegio, y que además no había vuelto a tocar en ocho años. Así que fue un shock darme cuenta, que nadie hablaba inglés con el acento español de mis profesoras. Y lo peor aquí es la mezcla de acentos. Inglés americano, inglés británico, inglés australiano, inglés neozelandés, e inglés del que habla cada uno de su padre y de su madre. 

Pero por suerte, nunca he tenido ni un poquito de vergüenza, así que siempre he encontrado la manera de hacerme entender. 


Lo primero que hice al llegar a Hong Kong, fue apuntarme a una academia de inglés. Primer zasca en toda la boca, fue que me pusieron en Begginner, es decir, como si no supiera nada.¡ Mis años en el cole e instituto estudiando inglés no equivalían a nada!Si además estudié dos años en la escuela de idiomas...el caso es que fui a parar a una academia, bastante pirata por cierto, donde todas éramos mujeres que habíamos seguido a nuestros novios/maridos, y donde todas eran japonesas menos yo. No sé si habéis tenido relación con japonesas, pero ellas siempre están perfectas. Apenas se les escucha cuando hablan, nunca dirán una opinión contraria si creen que pueden ofender o crear polémica, nunca irán sin maquillar y perfectamente vestidas...y ahí llegué yo, que soy exactamente lo opuesto. 

Un ejemplo de conversación.
-Miyu, ¿Te gusta Hong Kong?
-A mi marido le gusta mucho.
-Ya, ya, pero ¿a ti te gusta?
-Sí, si a mi marido le gusta, a mí también.
-¿Cuánto tiempo quieres estar aquí?
-El tiempo que quiera mi marido.

Era un poco frustrante tratar de hacer amigas. Me daban ganas de pedirles el teléfono de los maridos, para así poder conversar con alguien con opinión propia.

Pero lo pasé muy bien. Aprendí que una vez que pasan cierta barrera, y se relajan, somos muy parecidas. También aprendí que siempre se relajan más cuando no están con compatriotas, y con una de ellas tuve una muy buena amistad, hasta que se casó y sus obligaciones de perfecta ama de casa, mujer, nuera, madre y todo lo demás, la abdujeron.

Por eso, para que os pongáis en situación de como era mi día a día, en una habitación encerrada con nueve japonesas, aprendiendo un idioma que no era el nuestro, ahí va mi primera metedura de pata que recuerdo.

Falté dos días porque estaba resfriada, y al volver el profe, con el que tenía muy buen rollo me preguntó delante de todas porque había faltado.
-Because I had a big constipation.

Lo solté así, sin anestesia. Solo noté como se hizo el silencio y casi les salen los ojos de las órbitas, palideciendo varios tonos. Mi profesor, que ya sabía que seguramente eso no era lo que quería decir, continuó.
-Oh, I´m so sorry for your constipation.
Y las otras pobres seguían blanquitas como el papel de fumar.

Y es que, lo que yo quería decir era que estaba resfriada (cold) y no que estaba estreñida (constipation), que por supuesto, eso no me lo aclaró el profe hasta más tarde, porque mientras siguió divirtiéndose un rato haciéndome preguntas sobre mi constipation. Ahí me dí cuenta, que no podía seguir con mi costumbre tan española, de que si no te sabes una palabra, coges la palabra en español y le añades algo que suene muy inglés como "ation".

Otra vez en esa academia, una japonesa se estaba quejándose de que el dueño de la academia le había estafado. Claro, para empezar yo no entendía ni el contexto, me lo explicaron más tarde. Así que solo le oía decir "He is a lawyer" (es un abogado) pero me lo decía enfadadísima, y yo no veía nada malo en que el dueño fuera abogado, la verdad. Pero en realidad ella me estaba diciendo "He is a liar" (mentiroso). Pero yo solo entendía que se quejaba porque era abogado, y por mi cabeza ya pasaba si es que en Japón el ser abogado será una profesión de segunda.


Otra, que aún se ríe el que era jefe de mi marido, fue cuando dije en voz alta mientras íbamos en coche.
-¡No había visto nunca tantas mujeres camioneras en mi vida!
Y es que no paraba de ver pasar a mujeres y mujeres conduciendo camiones. Pero no me había fijado que en Hong Kong, como buena ex-colonia británica, se conduce por la izquierda, y por lo tanto a las mujeres que estaba viendo eran en realidad a las acompañantes de los camioneros.

Y cuando empecé a dar clases de español, las anécdotas más divertidas las tengo con mis alumnos adolescentes. Yo soy super exagerada en las clases. Hablo todo el rato español (por suerte para ellos, por el ejemplo que pongo ahora) y gesticulo muchísimo para ayudarles a entender.

Pues ahí estaba yo diciéndole a uno de mis alumnos, las playas tan maravillosas que tenemos en España. Algo así como "En España hay muchas muchas playas y todas son preciosas" Claro, eso era lo que quería decir, y eso era lo que sonaba en mi cabeza. Playas=beaches. Pero lo que yo le estaba diciendo, con esta maravillosa pronunciación en inglés que Dios me ha dado, era "En España hay muchas putas y son todas preciosas". Putas=bitches



Mi alumno muerto de la risa. 16 años e irradiando hormonas, y yo hablándole sobre las putas españolas.
Y él me preguntaba," pero Taitai, en tu ciudad también hay putas(entiendase como playas)"
Y yo exagerando mi respuesta con gestos. "Pues claro que hay putas. Hay muchas putas. Todas muy bonitas y muy limpias" 
Y mi alumno venga a reírse y yo diciendo para mi, que qué fácil que es ganarse a un chaval. 

Al final me lo aclaró, y yo acabé con agujetas de tanto reírme.  El me decía que estaba deseando ir a mi ciudad a conocer todas esas "playas" tan preciosas y limpias.

Esas son las anécdotas que más me acuerdo, pero me pregunto cuantas cagadas habré hecho, que ni me habré dado cuenta. 

¿Y vosotros? ¿Destacáis algún malentendido en el extranjero o con extranjeros? 

miércoles, 7 de octubre de 2015

Empleadas domésticas en Hong Kong

En Hong Kong hay más de 320000 empleadas domésticas, la mayoría de nacionalidad filipina.
El Banco Mundial estimó en el 2010, que el 12% de las ganancias de Filipinas, provienen del dinero que envían los filipinos que están trabajando en el extranjero.




Si alguna vez habéis estado en Hong Kong, os habrá llamado la atención como los domingos o los días festivos, las pasarelas y los parques están llenos de estas trabajadoras domésticas que se sientan allí a pasar el día con otras compañeras que están en su misma situación. Al principio de llegar me llamaba muchísimo la atención...¿Se sientan para no hacer nada? ¿Así pasan el día? Pero con el tiempo comprendí, que cuando seis días a la semana eres interna y haces tú absolutamente todo, no debe de haber mayor placer que sentarse un día, aunque sea sobre cartones, a no hacer absolutamente nada. 

Al principio, la relación que tuve con las empleadas domésticas en Hong Kong (helpers, maids o como les suelen llamar los niños, aunties), era muy escaso. Básicamente, en el primer playgroup que trabajé. 

No entendía porque acompañaban a los niños toda la clase sin ser necesario y como estaban encima de ellos todo el rato.No entendía porque las madres se quedaban fuera esperando a sus hijos de dos años, y para esas clases donde se piden que participen los adultos, la helper entraba a la clase, y la madre esperaba fuera. Recuerdo que una madre insistía en que su hijo fuera acompañado (niño de 8 años) y cuando se equivocaba en algo, el niño señalaba la hoja y su helper corría para borrar con la goma. Increíble hasta que lo ves. Hablé con la madre para que no entrara la chica a clase, pero la madre no veía nada malo o contraproducente en eso. Al contrario, decía que así la chica ahorraba tiempo y nos centrábamos más en la clase.

En el primer barrio donde vivimos, recién llegados, sin niños (qué lejos queda eso) era un barrio muy local donde casi no se veían extranjeros. Nos tuvimos que aprender la dirección en cantones porque si no ningún taxista era capaz de llevarnos. En cuanto quedé embarazada y la barriga se me empezó a notar me asaltaban las chicas por la calle para ofrecerse a trabajar con nosotros. Al decir que no necesitábamos, que solo éramos dos y yo trabajaba algunas horas, alguna igualmente me dejó su teléfono para cuando cambiara de opinión...La explicación que me dieron era que los extranjeros trabajaban menos y cobraban más.

Básicamente, aquí se hacen contratos de dos años. Por ley, las chicas tienen que ser internas, no pueden vivir fuera de la casa de los empleadores, Teniendo en cuenta que aquí los pisos son carísimos, algunas familias, bueno, la mayoría, se tienen que arreglar en auténticas cajas de zapatos. Por lo que muchas chicas no tienen habitación propia y tienen que dormir sobre un futón en la cocina o pasillo. No digo que sean todas, ni mucho menos, pero sí bastantes.



De hecho una vez que estábamos buscando casa para alquilar, el agente nos enseñó orgulloso lo que según él era una habitación para la helper, y lo que nosotros lo habíamos abierto y pensado que era un armario para trastos. Sin ventana, y tan pequeño que yo no cabía tumbada con las piernas estiradas, y os puedo asegurar que no soy alta. Cuando le dije que ahí no cabía una persona, me contestó que si encogía las piernas sí, y que si no siempre podría dormir en la cocina...y no exagero.

El que por ley las chicas tengan que vivir con sus empleadores, hace que cuando hay casos de maltrato, les sea mucho más difícil denunciar. Fuera de eso, además, para mí no sería nada sano, por bien que me lleve, convivir con mis jefes 24 horas, 6 días a la semana. 

Además del día libre a la semana, y los días festivos obligatorios, tienen una semana de vacaciones al año, que se va ampliando a partir del segundo año, un día por año trabajado, hasta un máximo de 14 días de vacaciones. 

Cuando acaban contrato, estás obligado a pagar un billete a Filipinas, por lo que algunas sólo van a Filipinas a ver a la familia cada dos años.





En ningún sitio de la ley se especifica horas máximo de trabajo. El sueldo obligatorio es de $4210 (dólares de Hong Kong ) que son aproximadamente 480 euros al mes. Todas las comidas se tienen que hacer cargo los empleadores, pero si se llega al acuerdo le pueden dar dinero aparte para que cubra eso, que son $995, que son 115 euros al mes. Algún día haré una entrada con los precios del supermercado para que os hagáis una idea, pero yo creo que básicamente se alimentan a base de arroz y poco más, porque ahorran lo máximo para mandarlo a Filipinas. Muchas son el sustento no solo de sus hijos, si no de sus padres, hermanos y sobrinos.

Esto es lo que te obliga la ley, y luego es cómo todo. Está quien se ciñe exclusivamente a eso, y está quien no. En los foros de padres la semana pasada leí un post de un hombre de Hong Kong que "agradecía" a todos aquellos extranjeros que ofrecían salarios por encima del mínimo, ya que estaban sobrevalorando el mercado...comentarios así hay muchos, pero luego allá cada uno con su conciencia. 

Nosotros tenemos clara una cosa. Si a esa persona le confías el cuidado de tus hijos, lo que quieres es que esté a gusto, tratarla con respeto. Le dejas en sus manos la vida de lo que más quieres. 

Ellas dejan atrás muchas cosas, se sacrifican para que sus hijos tengan un futuro mejor. Eso merece todo mi respeto. 

Aquí os dejo una iniciativa que ha empezado una profesora de música de Hong Kong, de crear un coro con empleadas domésticas en Hong Kong, La canción la ha compuesto ella, y el título dice "Deseo que te pudiera dar un beso", refiriéndose al beso de buenas noches que todas damos a nuestros hijos, y que ellas no pueden por estar trabajando en otro país. Aunque esté en inglés, es muy emocionante ver las fotos de ellas con sus hijos, y la canción es muy bonita.


Además dejo un video que se hizo en Singapur, para animar a las familias a que les den un día libre a la semana (parece increíble, pero parece que si no es por ley, no se lo dan). Y es un vídeo que me impactó mucho, porque tanto a la madre, como a la empleada doméstica le hacen las mismas preguntas sobre el niño o niña de la casa. Es muy triste ver que las empleadas domésticas conocen mejor a los niños que sus propios padres. 




Un tema complejo y que profundizaré más, si os interesa.

Un saludo!


sábado, 12 de septiembre de 2015

Como conseguir que los niños hablen castellano cuando vives fuera de España

Cuando tus hijos nacen fuera de España, y se educan en un país no hispanohablante, por mucho que te fastidie, el español no es su lengua materna. En el momento en que piensan en otro idioma, y lo que hacen es traducirlo al tuyo, es la señal de que se sienten más cómodos en el otro idioma. Yo no quería verlo, la verdad, pero para poner un ejemplo, la semana pasada fuimos a ver una película al cine que ya habíamos visto en España en verano. Al preguntarle al Buenhijo cual le había gustado más, no se lo pensó ni un segundo: "Mami, en inglés, porque lo he entendido todo". Y me hundió en la miseria, la verdad.


Pero siendo justa con los niños, han nacido aquí, nunca han vivido en España, el tiempo máximo en vacaciones que pueden pasar allí son dos meses, el idioma que usan para el cole, los amigos y las actividades, es el inglés. Por lo que, aunque me fastidie, no le puedo pedir peras al olmo. 

Pero reconozco que el Buenmarido y yo somos muy estrictos en cuanto a ciertas normas en casa. 

Primero, entre nosotros nos comunicamos en castellano. Para mí esto no supone ningún esfuerzo, ya que mi nivel de inglés no me da como para echar una bronca en condiciones y sin pensármelo mucho. Eso va también por los niños. Está prohibidísimo que entre ellos hablen en inglés. Lo siento. Sé que muchos padres que viven fuera de España, y en las mismas condiciones que nosotros (la pareja hispanohablante), son flexibles en eso y no les importa que el idioma de los niños entre ellos sea el que toque, pero para nosotros es importante no cambiar eso. En cuanto se abre la puerta para entrar a casa, estamos en España, y todos somos españoles, por lo tanto en casa hablamos castellano. Por supuesto, si vienen amiguitos a casa que no son hispanohablantes, esa norma nos la saltamos. 

La tele también se ve siempre castellano, excepto cuando hay amigos en casa. Teniendo en cuenta que el tiempo que pasan en casa después del cole y las actividades, es poquito, y que el resto de su día es en inglés, no lo ven como una tortura. Es una forma de tenerlos enganchados. Siempre me traigo las pelis y series que les gustan y las vemos en casa hasta que se borran los dvds de tanto usarlos. Y parece una tontería, pero aprenden mucho vocabulario gracias a esto (bueno, hay series y series, claro). Por ejemplo, una que me gusta mucho por el vocabulario que utilizan es Tarta de Fresa. A la Buenahija le encanta, y teniendo en cuenta que no es una chica princesa y que para su edad todo gira en torno a lo rosa y los príncipes...Su serie favorita es Patrulla Canina, pero no encontramos las series en España este verano. Habrá que intentarlo más adelante. El Buenhijo está bastante enganchado a Gerónimo Stilton, ya que le gustan mucho los libros. Y los dos siempre se ponen de acuerdo para ver Phineas y Ferb, que a veces creo que a mí me gusta más que a ellos porque siempre me muero de la risa con el doctor malvado de nombre imposible de recordar.



Leemos mucho en español. Ese ha sido un ritual desde que son bebés. El cuento antes de dormir siempre es en español. Sacrificamos mucho sitio y kilos en la maleta cada vez que vamos a España, con libros. Adiós jamón y latas de berberechos...pero gracias a esos libros tenemos un ratito especial cada día para leer juntos. Según en cada etapa, han tenido diferentes libros favoritos, pero tengo especial cariño a la serie de Bebé Koala de la editorial Bruño y los de la serie de Emma, de SM. Y cuentos favoritos muchísimos: El monstruo de colores, A qué sabe la luna, La vaca que puso un huevo, Josefina al ataque, Qué asco de sandwich, Para nada sucias, cualquier libro de Hervé Tullet...leemos mucho juntos, y ahora que el Buenhijo lee solo, se está convirtiendo en un auténtico devorador de libros.


Además, procuramos ir dos veces al año a España. Eso es lo que más les mantiene el idioma. Cuando vamos en verano los apuntamos a escuelas de verano, o por ejemplo este año, a un campus de fútbol para el Buenhijo. Nuestro único objetivo es que se relacionen con niños de su edad. Al principio fue duro para el Buenhijo, ya que siempre ha sido consciente de que habla diferente. Tiene acento guiri, no pronuncia las erres, y siempre hay gente que le gasta bromas sobre eso. No son con mala intención, pero como es bastante sensible hubo un año que no se atrevía a jugar en el parque con otros niños para que no se rieran de su forma de hablar. Siempre les recalcamos que tienen muchísima suerte por ser bilingües.

Y aquí, durante el año, también reciben clases de forma flexible. Un año el Buenhijo fue a clases que organizaban aquí en un colegio, pero la verdad es que era el único de nuestra zona que iba, vivimos lejos y tenía que madrugar más que entre semana, y por lo tanto se nos hizo muy cuesta arriba. Fue una experiencia buenísima, y los profesores eran encantadores, pero por tema de logística no las pudimos continuar. Este año hemos comprado los libros para seguir el programa que ofrece el CIDEAD, en la modalidad flexible, a ver que tal nos va. Pero sinceramente, con su carga de deberes, a veces nos sentimos mal de ponerle esa carga extra.

También tenemos la suerte de que donde vivimos somos un grupo de gente de países hispanohablantes, y aunque a veces es imposible hacerles hablar a los niños entre ellos castellano, en especial si tienen más de 4 años y ya van toda la mañana al cole, al menos nos oyen a los adultos, y cuando dan con una hueso como yo que solo hablo español, no les queda más remedio que contestar de vuelta. 

 Y somos así de estrictos por diferentes motivos. De esta manera son realmente bilingües. Hablan inglés y castellano de forma fluida. No puedo decir que se acerquen a ser trilingües, ya que el mandarín que les enseñan en el colegio es tan mínimo, que no tengo esperanza de que lo hablen nunca de forma fluida. Esto les permitirá aprender otros idiomas con más facilidad en el futuro. Pero también es por identidad cultural. Si van a España y no son capaces de comunicarse con los abuelos, si no son capaces de sentirse cómodos hablando allí ¿Se van a sentir de allí?

Me gustaría que las familias que viven fuera de España compartieran sus consejos.
Un saludo!





miércoles, 9 de septiembre de 2015

Empiezan los deberes, socorroooooooo

Nunca me he considerado una erudita en el tema de las nuevas tecnologías. Me he ido adaptando a ellas por tema de necesidad, más bien.

El hecho de poder estar en contacto con tu gente  en el día a día, por más lejos que estés, para mí es la mayor ventaja. Nuestro whatsapp echa humo cuando se despierta España. No hay mañana que no falten los buenos días de nuestros amigos, de nuestros padres...eso acerca mucho. Escucho todos los días la radio de España, leo los periódicos. Hay días que si no miro por la ventana, es como si estuviéramos allí.

Tengo instagram, twitter. Soy adicta a pinterest, lo confieso, aunque no haga más que acumular pines que luego nunca llevo a cabo.

Cuando nos advirtieron que el colegio de los niños era bastante tecnológico, yo pensé que eso sería problema para los padres más mayores, pero ¿Nosotros? si vamos con el móvil y el portátil a cuestas a todas partes. Pero sinceramente, está siendo un infierno.

Ya no mandan cartas, no, solo emails (me alegro por los árboles, de verdad) y publican las cosas en el portal para padres, que cada uno tiene su clave, pero que entrar por primera vez parece más difícil que encontrar el Santo Grial. Imagino que si trabajas para apple, o eres ingeniero de la Nasa, es pan comido. Pero para mí....para mí fue misión imposible. Tuve que mandar varias notas a la profe, y una señora muy amable me estuvo guiando 3 días hasta poder acceder. Bien por mí, yuju.



Pero además, este año casi todos los deberes los entregan on line. Y de verdad que yo no soy una enemiga de las tecnologías, pero es que esto me parece demasiado. Un día a la semana le mandan una hoja de inglés, y el resto, todo ordenador. Las matemáticas, los trabajos de investigación...

Mi hijo solo tiene 7 años ¿y todos los días le tengo que dejar MI ordenador, para ver si tiene deberes o no, y para hacerlos tecleando? Ni que decir que su letra casi no se entiende. 

No me malinterpretéis. No estoy en contra del uso de las nuevas tecnologías en el colegio. Al contrario. Entiendo que ellos ya han nacido inmersos en este mundo, y que les viene de forma innata. Pero creo que es muy importante asentar las bases. Si los niños solo teclean, no trabajan la grafomotricidad. Si los niños crean a través de herramientas como paint, copian y pegan, no experimentan con los colores directamente, no se manchan...Si hacen las mates en la pantalla, no se tienen que molestar en borrar y repetir lo que está mal, les aparece de nuevo en blanco y ya está. 

Ayer fui a una reunión del cole donde creía que explicarían como acceder a estos portales para hacer deberes. 4 en total, con lo fácil que sería concentrarlo en uno. Pero no. Solo explicaron el millón de aplicaciones que utilizan los niños en los ipads del colegio. Muy interesante, sí. Pero si no me entero aún que día tiene que hacer qué cosa, y como se accede a cada portal...

Creo que en el equilibrio está la clave, y en un país dónde he dado clases a niños de 6 años que llevaban un móvil mejor que el mío, las nuevas tecnologías parecen que lo son todo



martes, 25 de agosto de 2015

Vuelta a la rutina

La vuelta a Hong Kong, siempre es dura. Es una mezcla de sentimientos raros. Por un lado quieres estar el máximo tiempo allí, disfrutando de todo. De familia, amigos, comida, clima...de todo. Porque cuando vuelves, hasta lo que antes te molestaba o no te gustaba, lo encuentras maravilloso.

Esta vez a mi hijo mayor, la despedida le ha resultado especialmente dura. Por mucho que le expliques, que cuando vivamos en España no va a ser como cuando vamos de vacaciones, no lo entiende. Verano han sido meses de estar con la familia, no tener horario, no hacer deberes,comer a la carta, ver en la tele dibujos que nunca ven, chuches a cada casa que van, piscina, playa, helados, excursiones...todo demasiado bueno como para resistirse a dejarlo.

Tan pronto como pisan Hong Kong, cambian el chip.

Nosotros después de un tren, dos vuelos, y un autobús, llegamos a casa 26 horas más tarde de lo que salimos. Al aterrizar se volvieron locos después de ver a su auntie (la chica que nos ayuda en casa), sus juguetes, y ya pidieron llamar a sus amigos para verse.

Cuando veo eso, me quedo más tranquila. Me convenzo de que lo estamos haciendo bien, y que los niños se sienten de los dos sitios. Sienten que pertenecen a España, y que pertenecen a Hong Kong. Son felices en los dos sitios. Y que a pesar de que ninguno de los dos han nacido en España, sus raíces están allí.

Después de una semana de cole y bienvenidas, ya estamos listos para encarar el curso con nuevos proyectos. Las maletas las hemos traído cargaditas de libros y comida, que es de lo que más echamos de menos de España, o bien de lo que más nos cuesta traer. 

Mi hijo mayor, le encanta leer, y los libros que leemos juntos en español, es una buena forma de mantenerles el idioma, Como no vamos a volver hasta el verano que viene, hemos tenido que aprovechar. Los dos últimos años estamos volando con Emirates. El aeropuerto de Dubai es bastante cómodo, y aunque a mí no me acaba de gustar que sean dos vuelos cortos (8 horas y 8 horas), también nos compensa por el tema de las maletas. En otras compañías, el peso máximo son 23 kilos por maleta, mientras que Emirates permite 30. 7 por maleta, si multiplicamos por los 4 que somos de familia, son muchos kilos de libros, comida y caprichos que nos podemos traer.



Esto es una pequeña muestra de lo que nos hemos traído. Yo también me he permitido colar unos cuantos!


viernes, 31 de julio de 2015

Vacaciones!!!

Estoy muy vaga para publicar nada, pero es lo que tiene estar de vacaciones!!!!


En cuanto acabó el curso vinimos a España y ha sido un no parar de familia, amigos, sol, sol, sol y comida, comida y comida.


Ya hemos tenido atracón de churros, limón granizado, chuches y de toda la comida que en Hong Kong, o bien no podemos comer,  o bien no dejamos a los niños abusar.






Será duro volver a la rutina, pero mientras tanto... Qué nos quiten lo bailao!!!

martes, 26 de mayo de 2015

Dele A1 en Hong Kong

Ayer fui examinadora en Hong Kong del Dele A1.

Los DELE, son títulos que certifican el grado de competencia y dominio de español como lengua extranjera. El nivel A1 es el más básico. Recientemente han creado un Dele escolar, que certifica lo mismo, pero que el examen tiene contenidos adaptados para menores de 16 años.

Era la primera vez que examinaba, ya que hice el curso estando embarazada de mi hija, y la verdad es que cuesta arrancar cuando tienes nanos, especialmente si los exámenes son en fin de semana.

La experiencia no pudo ser mas positiva. Se presentaron muchos alumnos, lo que demuestra que el estudio del español tiene una demanda muy alta en Asia.

La primera parte, es escrita. Consta de comprensión lectora, expresión e interacción escrita y comprensión auditiva. Los que se presentaron eran bastante jóvenes.de unos 20 años la mayoría, aunque siempre con excepciones.



La parte más divertida, es la de la expresión e interacción oral. Se les entrevista de forma individual, en una sala donde hay dos examinadores. Uno, es el que lleva el peso de la entrevista, y dirige la conversación, y seria el que le pondría la calificación holistica, es decir, global. El otro, es el que permanece en un segundo plano y pone una calificación de forma más específica, poniendo una nota
 más detallada.

Logicamente, el punto de vista del entrevistador y observador es diferente, y no tienes porqué estar de acuerdo, aunque en mi caso, con mi compañero, estuvimos de acuerdo en todas las notas.

Si te interesa el tema, en la página del Instituto Cervantes puedes encontrar toda la información. http://diplomas.cervantes.es/informacion/guias/guia_a1/06_prueba_expresion_or.html


Tu papel como examinador, lo primero, es intentar tranquilizar al candidato creando un clima de confianza. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las veces son chavales jóvenes, que van a hablar por primera vez con una persona mientras les observan, en un idioma que no es el suyo y además les van a poner nota...para mí ya tiene suficiente mérito. Es innecesario hacer el papel de poli malo y ponerles más nerviosos. 

Hacen una pequeña presentación personal, y además eligen un ámbito sobre el que quieren hablar. 
Curioso, que los candidatos de China Continental (todos los que entrevistamos eran de una universidad de Shenzhen), elegían hablar sobre su país (Como es China, sus lugares favoritos, como es la comida, como es la gente...) mientras que los candidatos de Hong Kong que entrevistamos, ni uno solo eligió eso. Se centraron en hablar sobre sus aficiones o sobre sus planes. 

Y es que la gente de Hong Kong, en su mayoría, no se identifican con la gente de China Continental, y queda patente en muchos detalles. 

El entrevistador interacciona un poco, preguntando sobre aquello que ha hablado, y luego le muestra una serie de fotografías,y le pregunta sobre ellas. Cosas sencillas (que van a comer, como es la amiga de X...). Después, con otras fotografías, el candidato es el que debe formular las preguntas. Esta parte siempre es un poco confusa para ellos, porque están nerviosos, por eso es importante calmarles y recordarles que se tienen que tomar su tiempo. 

A pesar de lo largo que se hace el día, la experiencia fue muy enriquecedora. Es un lujo ver como la gente se esfuerza por aprender tu idioma. Muchas veces porque creen que les sera útil en el mundo laboral, pero otras, simplemente porque les atrae la cultura, y gracias al fútbol, música o artistas, deciden aprender el idioma para viajar allí y conocerlo de cerca. 

Casi todos los que entrevistamos eran estudiantes, pero también habían jubilados, maestros, policías...
increíble ver como gente realmente ocupada, saca tiempo de aquí y de allí para aprender nuestro idioma.

Aunque cansada, la experiencia fue tan positiva, que repetiría sin pensarlo.

Espero que hayan pasado todos!

jueves, 21 de mayo de 2015

Las diez gallinas

Os voy a hablar de uno de mis libros favoritos, para enseñar español a niños, y que a mis hijos, que tienen 4 y 6 años, también les encanta. 


Las diez gallinas, de la editorial Edelvives. Pertenece a la colección Luciérnaga, y está impresa en formato duro, lo cual es muy útil, ya los  niños pueden tocarlo y jugar con él cuanto quieran sin que se estropee. 


Pero ¿Qué tiene éste libro que lo hace tan especial para enseñar español a niños? 

Una de las cosas, es que está escrito en forma de versos cortos y fáciles, que a los niños les suena como una canción, y hace que se lo memoricen con rapidez, incluso si apenas tener conocimiento del idioma. 

Otro punto a favor, es la historia. Las gallinas son las protagonistas, cada página se centra en una,y de forma sencilla cuenta donde le gusta poner los huevos, algunos son en sitios disparatados. 

Las ilustraciones son muy coloridas y de líneas muy sencillas, por lo que les encanta ver el cuento, y les anima luego a dibujar ellos mismos las gallinas.

¿Qué puedes enseñar? Los números del 1 al 10 y los colores (negro, blanco, crema, rojo, amarillo, naranja, verde, azul, negro y gris). Lo bueno es que las gallinas se van incorporando una a una, y asi segun vas pasando las páginas, puedes ir contando otra vez desde el principio y repasando los colores. Yo siempre juego con ellos a que me equivoco y señalo una gallina diciendo el color que no es: "Aqui esta la gallina roja" "No, noooo....azul, azul". Les encanta que me equivoque.

Tambien es un libro que da mucho juego dentro del playgroup. Hay muchos recursos en internet. 

Por ejemplo, uno de los juegos que suelo hacer, es imprimir en papel diez gallinas de colores (si las plastificas te van a durar mucho más), y las escondo por la clase. Les explico que las gallinas son muy traviesas (hago el show haciéndome la enfadadísima) y les digo que por favor me tienen que ayudar a buscarlas. 




Si no encuentras gallinas de colores listas para imprimir, también puedes imprimir gallinas para colorear en hojas de colores. 



Además, puedes hacer lo mismo con huevos de colores o con pollitos. También podéis jugar a que se han perdido los pollitos o los huevos. 

Para reforzar los colores, también jugamos a que, por ejemplo, la gallina roja solo come cosas rojas, y tienen que encontrar por todo el aula objetos de color rojo, para alimentar a la gallina.

Además del cuento y los juegos, es importante que afiancen el vocabulario haciendo más cosas, como por ejemplo, manualidades. Yo siempre saco mis ideas de pinterest. 


Y para acabar,  me gusta finalizar los playgroups con canciones, y si es relacionada con el libro, mucho mejor. La gallina Turuleta es ideal para esto, porque además se vuelven a repasar los números hasta el diez.

¿Algún libro que recomendáis para enseñar español a niños pequeños?


lunes, 18 de mayo de 2015

Pero ¿Os gusta Hong Kong?

Pero ¿Os gusta Hong Kong? Esa sin duda, es la pregunta que más nos han hecho a lo largo de los años.

Y tengo que confesar, que sí, que nos gusta Hong Kong. Que nos sentimos parte de aquí, y que estamos muy agradecidos por todo lo que nos ha dado en este tiempo. Porque Hong Kong, es una ciudad de extremos. O la amas, o la odias, pero no te deja indiferente.

A nosotros nos gustó desde el primer día. Y es una suerte, porque vivir en un lugar donde no lo sientes tuyo, se convierte en una cárcel más que en una casa. Es difícil también decir que es lo que más me gusta de aquí. Por un lado, es una ciudad que siempre tiene vida. Sí, suena raro, pero es verdad. Siempre hay gente en la calle, como hormigas en un hormiguero, yendo con prisa a todas partes. Me gusta porque desde el primer día me sentí segura aquí. Eso no ha cambiado en los nueve años que llevamos. También me gusta el contraste. Contraste en todo. Edificios modernos, carísimos y altísimos, al lado de edificios viejos, bajos y destartalados.

 Partes donde la ciudad es completamente vertical y solo ves cemento, con zonas tan verdes que parece que estás en otro mundo. Los olores, tan característicos. Pero lo bueno de vivir aquí, sin duda es el poder conocer a gente de todas partes del mundo, de diferente cultura, diferente religión...ver como los niños crecen poniéndose en los zapatos del otro. Porque aquí es más fácil.


La vista de los edificios más espectaculares de Hong Kong


Típicos edificios. Me recuerdan a enjambres de abejas


El espectáculo de luces, visto desde la Avenida de las Estrellas


Me encanta perderme por las calles de Hong Kong. Lo que más me gustaba al llegar, era bajar en una estación de metro cualquiera, sin seguir ninguna guía y callejear. Descubrí muchísimos sitios interesantes. Pero claro, eso era antes de tener a los dos enanos.








Por fin, el blog

Desde que llegamos a Hong Kong, siempre tuve en la cabeza escribir un blog sobre nuestra vida aquí, pero siempre me decía que lo empezaría mañana o el lunes, como la dieta. He tardado casi nueve años, pero supongo que más vale tarde que nunca.