lunes, 21 de diciembre de 2015

Nos vamos de vacaciones!!!

Llevo varios días sin tiempo para escribir en el blog y con ganas de hacerlo. 
A los niños les dieron la vacaciones la semana pasada, y donde vivimos se queda desierto a la velocidad de la luz ya que casi todo el mundo vuelve a sus países de vacaciones y hay que aprovechar al máximo.

Este año no vamos a España en Navidad. Siempre es una decisión difícil, porque la familia y amigos tiran mucho, pero con el poco tiempo de vacaciones que tiene mi marido, si además le restas un día de viaje para ir, otro para volver y el jet lag, se nos queda en nada. 

Este año vamos a Malasya, a la playita, para pasar unas Navidades diferentes. 
Lo mejor de todo, es que hemos quedado con otra familia que conocimos en Hong Kong, y que se marcharon el año pasado. Los niños estaban muy unidos y les prometimos que haríamos lo posible para seguir en contacto. Y la verdad, que con la edad que tiene ahora mi hijo el mayor (7 años), esas promesas hay que cumplirlas porque cada año es más doloroso y más difícil de explicarle cuando un amigo se marcha. 



El año pasado se fueron cuatro de sus mejores amigos. Por supuesto, repartidos por todo el mundo. Dubai-Inglaterra-Vietnam. Fue el primer año que nos dijo que ya estaba cansado de vivir en Hong Kong y que se quería ir a España ya para que le despidieran a él. Este año, le ha tocado a la pequeña. Pero claro, ella aún no tiene 5 años aún, así que se lo toma muy diferente. Dice que ya otro día harán un playdate cuando venga a Hong Kong, y tan ricamente. 

Las despedidas son lo peor de vivir aquí. 

El cambio de actitud lo he notado en mi hijo este año. Tiene muchos amigos, pero es como que este año no se aferra a ninguno. Parece que le da miedo que si se apega mucho a alguien, tarde o temprano se va a ir. Y yo lo entiendo, porque a mi como adulto me pasa lo mismo. Son muchos años de despedir a gente!

Pero ahora, a recuperar estos meses perdidos y a disfrutar a lo grande con ellos.

Feliz Navidad y buenísima entrada de año!

jueves, 3 de diciembre de 2015

Cómo te quiero, octopus.

Si hay algo que voy a echar de menos cuando no viva en Hong Kong, sin duda es la tarjeta octopus. Una tarjetita del tamaño de una visa, y que puedes utilizar para pagar prácticamente todo aquí.

Es un monedero electrónico, que vas recargando según lo necesites, o que incluso puedes acordar con el banco que automáticamente, cuando tu tarjeta está por debajo de cierto saldo, te lo recargan hasta la cantidad que has decidido previamente.



Sirve para todo el transporte público, exceptuando el taxi. Pero no es solo una tarjeta de transporte. Puedes pagar en todas las tiendas de conveniencia (7-11, circle K), en los mcdonald's y burger kings, los museos, en los supermercados, en las máquinas de vending...así evitas tener los bolsillos llenos de monedas.



Además, como son aquí que les encanta personalizar todo, tienes ediciones especiales en relojes, llaveros, muñecos y pegatinas.


No es cara. Para comprar una tienes que pagar inicialmente un depósito de 50$HK, y 100$HK de crédito. El crédito máximo que puedes tener en la tarjeta es de 1000$HK. En mi caso, y como soy de las que no pierde la cabeza porque la tiene bien sujeta a los hombros, siempre hago recargas de poca cantidad por si la pierdo. Las recargas las puedes hacer tanto en máquinas de las estaciones de metro, como en los 7-11.A la hora de irte, si entregas la tarjeta te entregan el depósito.

De verdad que lo mío fue amor a primera vista con ella. ¡Cómo te quiero, octopus!