viernes, 24 de noviembre de 2017

Hoy leemos: ¡No quiero el cabello rizado!

Lo confieso, soy una lectora compulsiva desde pequeña. 

Me gastaba mi paga en libros y leía a escondidas en clase, en la cama y en cualquier sitio. 

Desde que eran bebés mis hijos, les he intentado inculcar ese amor por los libros.

El mayor, que tiene 9 años, es un ratón de biblioteca. Desde pequeñito empezó a leer por su cuenta. Lo hacía a todas horas. Se ha leído la saga de Harry Potter, Percy Jackson, Los futbolísimos. Está contando los días para que llegue Navidad y pueda leer el último libro de David Walliams...

E inocente de mí, pensaba que con la pequeña de 6 años sería coser y cantar. Creía que sería aún más fácil, porque seguiría el ejemplo de su hermano y yo me tendría que despreocupar antes. Tonta de mí. Me lo imaginaba todo con música de violines de fondo.

Resulta que la pequeña, aborrece leer. No le gusta nada. Además, te lo dice bien alto, hinchando el pecho, con el genio que le caracteriza. Que ella prefiere ver la peli, y que si aún no hay peli, pues se espera a que la hagan. Así estamos con 6 años, sí. Con las cosas bien claras.

Así que he llegado a la conclusión que me tengo que poner bien las pilas con ella y esforzarme el doble. Es curioso como lo que te funciona con el primero, con el segundo no, y viceversa. 

Estoy buscando más ratitos con ella para leer a solas, y como me da la impresión que ya está aburrida de los libros que tiene, el otro día compré "¡No quiero el cabello rizado!" de Laura Ellen Anderson. Todo un acierto, sin duda.


Sé que hay gente que dice que no hay que juzgar un libro por su portada, pero en el caso de literatura infantil, no estoy de acuerdo. La portada tiene que ser bonita, y les tiene que llamar la atención. Eso ayuda a que la historia les parezca atractiva. 



¿Habéis visto la portada? Las ilustraciones de Laura Ellen Anderson, que es también la escritora, son una pasada. A mí el personaje me ha recordado a Mérida. Son trazos simples, muy coloridos, y la protagonista es muy expresiva. 

¿De qué trata? La protagonista es una niña a la que no le gusta nada su pelo rizado. A lo largo del libro te muestra todos sus intentos por alisar su cabello, que, por supuesto, fallan. Al final, cuando ya está cansada de intentarlo todo, se da cuenta que siempre deseamos lo que no tenemos cuando descubre a otra niña como ella, que está igual de descontenta que ella por su pelo liso.

Las dos se dan cuenta que hay que aceptarse tal cómo somos.






De la manera que esta contado, me ha parecido una historia muy divertida.

Me ha sorprendido mucho el vocabulario con tantos sinónimos, y al estar redactado en forma de rima, a los niños no se les hace nada extraño. De hecho, cuando lo leo en voz alta a mi hija, todo suena muy musical y las rimas les ayuda a memorizarlo y asimilar esas palabras.



Los dibujos de la niña son muy expresivos, así que a mi hija le parece muy divertido cómo se va enfadando aun más, y si lo acompañas con el tono al leer, queda mucho mejor.

Mi hija se ríe, y yo al mismo tiempo pienso que me recuerda a alguien, ejem ejem.



La editorial es Picarona  y yo ya he fichado varios libros para pedir a los Reyes Magos.
El precio es de 12€, que teniendo en cuenta la calidad de impresión, me ha parecido un precio buenísimo.

También os dejo el enlace de la autora Laura Ellen Anderson porque merece la pena conocer su trabajo.




¿Conocíais ya el libro? Si os animáis a leerlo me encantaría saber vuestra opinión.


martes, 21 de noviembre de 2017

Halloween 2017

Diría que tengo el blog abandonado, pero eso sería quedarme corta. 

Cuando me he dado cuenta, había pasado más de un año de la última actualización y tengo dos entradas a medias del año pasado que creo que nunca acabaré. Pero bueno, no voy a esperarme a llegar enero como para ponérmelo de propósito para el 2018. Mejor empiezo desde ya.

Sé que ahora no pega mucho hacer un post sobre Halloween, pero ahora tengo fresco lo que hicimos este año, y seguro que os puede dar ideas si buscáis qué hacer el año que viene. 

Sé que mucha gente le tiene manía a "Halloween". Lo entiendo... no es algo de aquí y he oído muchas veces eso de que solo es una americanada para que los comercios vendan. Puede que sí, pero en mi defensa tengo que decir que mis hijos desde que nacieron, lo han celebrado en Hong Kong. 

Vivíamos en un área dónde la mayoría éramos extranjeros, y todos acabábamos adoptando las costumbres de los demás, porque eso es lo que hace la convivencia. 

En los cumples acabamos teniendo piñata, pero no la de aquí de estirar de las tiras, no. Tuvimos piñatas mexicanas que hacíamos nosotros mismos, de esas de arrear buenos golpes para romperla. No tenía precio ver a los guiris cantando: "Dale, dale, dale, no pierdas el tino..."

Así que hay costumbres que mis hijos adoptaron, y que para ellos son importantes. En la zona donde vivíamos, Halloween se celebraba a lo grande, así que fue una alegría para ellos, ver que en España se empezaba a celebrar. 

No es lo mismo. Echan de menos lo de ir de casa en casa, pero el espíritu de la fiesta está ahí. 

Nosotros en Halloween nos juntamos con amigos en el campo de uno de ellos. 
Los niños tienen desde meses hasta 9 años, así que todo es muy light. 

Decoramos el campo entre todos, preparamos talleres de manualidades para los niños, cenamos allí barbacoa. Este año los niños cenaron perritos calientes, y la salchicha estaba cortada como si fuera un dedo (lo siento, no tengo foto), y cuando anochece, hacemos una gymkana.

Aquí os pongo un ejemplo de una de las manualidades que hicieron. Un tirachinas con un vaso y un globo, con forma de murciélago. Les encantó.



La gymkana es sencilla y con poquitas pruebas, pero suficientes para que Halloween sea algo especial para ellos. Porque no hay que olvidar, que cada vez que nos juntamos con nuestros amigos de toda la vida, nuestros hijos están construyendo memorias para toda la vida. 

Antes quedábamos para ir a discotecas, y ahora quedamos en parques de bolas. ¡Cómo cambia la vida!


A mí este año me tocó organizar la gymkana. No os voy a engañar, soy la reina de la procrastinación, así que todo lo pensé la misma mañana y con las cosas que tenía en casa. Solo compré la escoba de bruja. Mi marido me dice que tengo el Síndrome de Diógenes, y cuando abro cajas en el trastero, le tengo que dar la razón. 


Mi hijo mayor me ayudó con la historia de la gymkana. Para ello me ayudó a hacer unas rimas para introducir, y como el grupito que participó tenía entre 3 y 8 años, reconozco que le daba su toque.



Esto es Halloween, y lo pasareis de miedo.
Encontrareis ojos, sangre, y a lo mejor hasta un dedo.

Esta es la historia de la bruja Porquerías, 
que le gusta hacer cosas de brujería.
Tiene ojos, arañas
y muchas chucherías.



Entonces les contamos una pequeña historia sobre la bruja Porquerías. 
Es una bruja muy traviesa y muy golosa que ha robado todas las chuches de los niños porque quería comérselas ella. Pero al ser tan patosa, con las prisas le ha salido mal su hechizo para desaparecer mientras volaba y tooooodas sus cosas han salido por los aires. 

Los niños tienen que seguir las pistas para ayudarle a encontrar sus cosas, y si las encuentran todas, la bruja Porquerías les devolverá las chucherías. 

En cada objeto hay una pista, y los niños tienen que adivinar una adivinanza o hacer una prueba para conseguir la siguiente. 

Para encontrar la primera pista, los niños tenían que encontrar un sombrero de bruja. Dentro venía la prueba


Esta prueba consistía en encestar esos ojos en el sombrero de la bruja.




Para encontrar la segunda pista, tenían que adivinar cuál es el único animal que es dos veces animal (gato) 



El gatito negro de la bruja, tenía la siguiente prueba. 
Se les pregunta a los niños qué insecto rima con remolacha (cucaracha)

El juego es muy sencillo. Tiene que coger con palillos 10 cucarachas de dentro de una caja a las que se le han puesto otros objetos para dificultar como pompones y otros bichos de plástico. Para hacerlo aún más divertido, se puede pasar gomas y cuerdas por la caja, para hacer una especie de tela de araña y que les sea más complicado. La idea la saqué de pinterest.



¿Qué hace el gato cuándo se defiende? (araña)

La siguiente pista la tiene la araña.



En esta prueba, tiramos 40 arañas de diferentes colores por el suelo de gravilla, y los niños las tuvieron que encontrar ayudados de linternas.

Para encontrar la siguiente pista, tenían que adivinar que animal vuela pero no es ave ni insecto (murciélago). 

Utilizamos unas alas de murciélago que escondimos en la copa de un árbol. (Se me olvidó hacer foto)



En el siguiente juego, alguien se disfraza con una sábana simulando ser un fantasma, y los niños tienen que adivinar quién es.

Para encontrar el siguiente objeto que guarda la pista, debían adivinar cuál era el vehículo de la bruja.




Para el siguiente juego, volvimos a esconder 10 dedos de bruja en una zona acotada, y cuando los niños los encontraron, por medio de una adivinanza tuvieron que buscar una calabaza, que guardaba el siguiente juego.




Para la prueba final, y conseguir que la bruja Porquerías devolviera las chuches, cada niño tuvo que dibujar una calabaza con los ojos cerrados.




Al final recibieron su botín de chuches, que otra amiga las había metido en guantes de plástico, simulando que eran manos de brujas.


Os pongo para descargar las diferentes pruebas, si os animáis a hacer la gymkana. 

La verdad es que hay muchísimas posibilidades. Puede ser un fantasma, frankestein... cualquier cosa que se os ocurra. Además teníamos otros juegos de reserva, dependiendo de cómo funcionaban los que teníamos, como las sillas musicales (con música tenebrosa), o carrera de ojos soplando por la pajita.





 Espero que os sirva para el año que viene, si decidís hacer algo parecido. Lo importante es pasar un buen rato con amigos, y que los peques se lo pasen bien.