lunes, 4 de enero de 2016

Todos podemos hacer la diferencia

Feliz año a tod@s!
Hoy tenía planeado hablar sobre nuestras vacaciones, pero he visto un vídeo en facebook y lo quería compartir.

Es lo bueno de las redes sociales. Toda la información fluye rápido, lo bueno, y lo malo. Y por suerte, a veces buenas acciones que en otros tiempos apenas tendrían repercusión, llegan a todas partes. 



Se trata de un equipo de fútbol americano de un instituto de Estados Unidos, que han creado un programa de ayuda para chavales del mismo colegio que están sufriendo acoso. Lo que me ha parecido maravilloso, es que chavales de 16 años, por iniciativa propia, se implican y ayudan a niños más pequeños. ¿No es increíble? 

Todo empezó cuando uno de los jugadores de 16 años, Chris Kuykendall, se enteró de que a un niño de 5 años le hacían la vida imposible los demás niños de su curso. Y tuvo la idea de, simplemente, invitarlo a comer con él en la cafetería, delante de todos, con el resto de su equipo. Eso, y jugar con él en el patio. Dice que pensó, que si el resto de niños veían que era amigo de los chavales más populares del colegio, empezarían a pensar que molaba y le dejarían en paz. Y así pasó. 



La madre del niño fue a agradecerle a ese chaval que, sin conocerle de nada y desinteresadamente, le había cambiado la vida con ese pequeño gesto. 

Pero ahí no quedó la cosa, otro compañero de equipo que vio lo que había hecho, le dijo que él también quería ayudar y se fueron uniendo más compañeros del equipo, y otros clubs del instituto,  hasta crear un programa donde estos adolescentes hacen de mediadores, les protegen y se aseguran de que el acoso acabe. 

¿No creéis que es increíble? En la entrevista, estos jugadores dicen que ellos mismos fueron acosados en algún momento de su niñez, y de la forma que les hicieron sentir tan mal, siempre harán lo que estén en su mano para evitar esto. Dicen que los niños, especialmente solo deberían ir al colegio a jugar y ser felices. 

Este es el ejemplo de que todos, y cada uno de nosotros, podemos hacer la diferencia con gestos tan simples como comer con alguien.


El vídeo es muy emocionante. Me emociona ponerle cara a esos chavales, el orgullo con el que hablan de ellos sus madres, y el chaval que sale contando su experiencia y como le han cambiado la vida. 

Investigando un poco por la red, he visto que en Estados Unidos ya hay varios institutos con programas similares. ¿Tenéis idea de si hay algo parecido en España?

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