domingo, 31 de enero de 2016

Cuando el cole cierra

Si tuviera que describir como son los hongkoneses, con una sola palabra, sin duda sería "precavidos". El dicho de más vale prevenir que curar, les va como anillo al dedo. Son organizados hasta un extremo que pueden ser muy cuadriculados, pero confieso que ahora cuando voy a España, hay veces que echo de menos esa organización antes de salir del aeropuerto. En especial cuando se pierden las maletas y es una auténtica odisea poner una reclamación. 

Así entendéis cuando os digo que el lunes pasado, el Ministerio de Educación de Hong Kong suspendió las clases de todas las guarderías y colegios de primaria, debido al frío. El fin de semana se registraron las temperaturas más bajas de los últimos 60 años. Pero no esperéis temperaturas bajo cero, o coches atascados por la nieve. La temperatura más baja donde vivo fue de 4 grados.



Como vivimos en una zona donde la mayoría son expatriados, imaginad la sorpresa de los canadienses, rusos o nórdicos cuando nos dieron la noticia. Los niños de allí son fáciles de identificar porque van todo el año con uniforme de verano y crocs. Da igual el frío que haga.

Si hay 15 grados, todo el mundo aprovecha aquí para sacar las chaquetas, ya que es la única oportunidad que tienes de utilizarlas y airearlas. Pero ellos, no. Con sus bermuditas tan ricamente. Por eso el grupo de whattshapp de las clases de mis hijos estaban que echaban humo. Qué qué vergüenza, que no saben que hacer para tener una excusa para no ir a trabajar, que nosotros hemos ido toda la vida al colegio aunque hubiera un metro de nieve...

Y la verdad, es que en un principio yo pensé lo mismo. Total, por un día o dos que los niños estén con chaquetas dentro de clase no pasa nada, ¿no?

Pero luego, si lo analizo con mentalidad de alguien que vive aquí casi diez años, lo comprendo y hasta les doy la razón.

En primer lugar, los edificios en Hong Kong no están preparados para el frío. No os miento si os digo que estos días hacía más frío dentro de mi casa, que fuera. En segundo lugar, aunque me de rabia reconocerlo, nosotros, como expatriados, tenemos una visión parcial. Vivimos en una burbuja y nuestros hijos van a colegios privados internacionales totalmente bien equipados. Pero, este no es el caso de la gran mayoría de niños que asisten al colegio en Hong Kong.

No digo que sean colegios que estén en malas condiciones,  porque hay de todo. Colegio más nuevos y colegio más viejos. Simplemente, no están acondicionados para soportar temperaturas tan bajas, porque es cierto que nunca las hay. Y ahí entraríamos en el debate, de que el Ministerio de Educación no puede decir que se cierran los colegios públicos pero se abren los colegios privados, ¿No? Y son tan precavidos como he dicho, prefieren pensar a largo plazo. ¿Qué es mejor? ¿Cerrar un día colegios, asegurándose que en el pico de temperaturas más bajas, los niños, que son los más vulnerables, estén bien protegidos del frío? ¿O seguir el ritmo normal para evitar las protestas de padres, pero luego tener los sistemas de salud colapsados por gripe?

Hay que recordar que la gran mayoría de las familias tiene una chica interna en casa, por lo que es fácil tomar esta medida ya que los padres pueden igualmente ir a trabajar.

¿Y por qué aquí son extremadamente precavidos? La respuesta es fácil. En el año 2003, la epidemia del SARS (Severe Acute Respiratory Syndrom) azotó el mundo pero se cebó especialmente con China. En Hong Kong se diagnosticaron 1755 casos, donde, desgraciadamente murieron 297 personas. Muchos de ellos era personal médico. En Hong Kong Park, hay un memorial dedicado a ellos.



El Gobierno de Hong Kong tuvo que llevar a cabo medidas , como cerrar colegios e incluso un edificio con infectados para tenerlos en cuarentena. Los que sospechaban que podían estar enfermos no podían ir a trabajar en diez días. A partir de entonces, hay máquinas expendedoras de jabón desinfectante en prácticamente todas partes. Todo el mundo tenía que llevar mascarilla. Los botones de los ascensores se desinfectaban cada media hora....son medidas, que aún siguen, aunque no de forma tan frecuente.



Por eso, mirándolo todo con perspectiva, aunque parezca exagerado en un principio, yo no lo hallo exagerado, ¿Será que he vivido mucho tiempo aquí?

Y nosotros aprovechamos para estar calentitos en casa, en familia. Mucha manta, sofá, tele y...deseando que llegara el día siguiente para mandarlos al cole!

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